ACERCA DEL LÍDER DE LA INNOVACIÓN EN LA COMPLEJIDAD


 






Hoy escribe Raúl Volker, integrante del Comité Ejecutivo del CEDELI


El líder asume su compromiso con el proceso decisorio, pero ese ejercicio es tanto como construcción cognitiva, y no es el producto exclusivo de una elaboración racional de los sujetos, sino también de sus emociones, valores y creencias.

El liderazgo estratégico requiere de relevar un amplio rango de alternativas de acción, revisar las metas y los valores que están implicados en el proceso decisorio, evaluar adecuadamente los costos, riesgos y beneficios emergentes de las distintas interacciones sistémicas de los sucesos involucrados, tener en cuenta y considerar datos nuevos y criterios expertos, así como los mapas mentales que han influido en las decisiones y prever las contingencias que pudiesen presentarse.

El líder es una persona que busca sistemáticamente la innovación, entusiasma a la gente para conseguirla y trabaja para ponerla en práctica. Busca el cambio, responde a él y lo explota como una oportunidad. Es quien hace las preguntas que ya no se preguntan o hace preguntas que jamás se preguntaron.

El líder es consciente de que las soluciones nunca son definitivas y que muchos de los problemas fueron creados por el mismo equipo de trabajo que está liderando. Puede delegar muchas de las actividades previstas.

La cultura organizacional del sistema se crea cuando él establece los puntos focales a través de su ejemplo. Para él, las creencias, las reglas y los hábitos surgen y su responsabilidad consiste en que además se consoliden buenas practicas para el mejor liderazgo dentro de esa cultura organizacional.

Para lograr la excelencia se necesitan herramientas, respeto y entusiasmo; el líder debe brindar esas tres cosas; y quienes lo rodean esperan de él que logre crear el ambiente organizacional adecuado para procurar esas herramientas, ese respeto y ese entusiasmo.

La clave de la motivación es que los colaboradores se sientan con el poder para hacer lo que se les pidió que hicieran, y que nadie esté bloqueado en su creatividad e innovación.

Ese líder está en una evolución constante y nunca es un producto terminado, siendo su principal motor su capital de sueños. Su principal ocupación es la búsqueda del éxito en lograr evitar los fracasos en el camino hacia esos sueños. Es una búsqueda es constante y solo aprendemos al equivocarnos, pero es necesario encontrar las razones de esos errores para capitalizarlos resilientemente. El peor enemigo de un líder y su equipo es la incapacidad de generar autocritica.

El líder crea un clima de crecimiento personal, de estimulo intelectual y de ayuda para dar crecimiento ese equipo, haciendo de cada colaborador un agente de cambio.

Crecer es desarrollarse, aumentar en habilidades y el desarrollo es el resultado del aprendizaje. Buscar siempre la innovación y entusiasmar a los demás a lograrla y desarrollarla.

Percibir los desafíos de cambio en la perspectiva de las oportunidades, revisando continuamente y ocupándose de lo que falta conseguir y lo que aun nadie se preguntó. El ejercicio del liderazgo significa poner en acto un modelo que despliega estas 4 exigencias imprescindible: querer alcanzar la meta, saber lo relevante de lo que se está buscando, conservar lo que es útil para ese camino y cambiar lo que sea necesario para lograrlo.

Ese líder gestiona la cultura del equipo, refuerza sus competencias, reforma lo que es un obstáculo para cumplir la misión del equipo y mantiene la disciplina estimulando la iniciativa. Estimula el aprendizaje, la autonomía de cada integrante del equipo y la creatividad. Tiene autoridad moral a través del ejemplo. Sostiene, recrea y opera el sistema de valores y creencias trasmitiendo la mística que genera compromiso en el equipo para cumplir con la misión.

Liderazgo y equipo son dos puntas de un mismo sistema, el resultado de un emergente sistémico psicosocial. Liderar es tener el deseo de controlar lo evenencial. No se puede liderar sin tener la habilidad de inspirar entusiasmo, sin poseer sensibilidad por sus colaboradores, sin desarrollar una autoconfianza poderosa y sin inspirar confianza en el equipo. Es imprescindible comprender la mente de cada uno de los colaboradores del equipo y de quienes colaboran con el equipo, saber fijar las prioridades, estar informado en tiempo real, desarrollar un proceso para la tomar decisiones y tener consistencia, compromiso, pasión y solidas convicciones.

Desde nuestra ciencia clásica, los sistemas se comportaron siempre como reversibles y deterministas como un modelo conceptual desde donde corroborar la realidad en el paradigma clásico. Era un mundo que funcionaba como una naturaleza simple, reversible y determinista que hoy encuentra tres eventos que lo interpelan desde sus fundamentos: las partículas elementales son inestables en su mayoría por lo que no se constituyen como un soporte permanentemente estable como lo sugería la teoría atomista; la cosmología nos muestra un universo atravesado por estructuras cada vez más complejas, y los fenómenos químicos y biológicos nos muestran todo el tiempo factores llenos de causalidades y altas irreversibilidades. En esas realidades de ambientes de alta complejidad e incertidumbre, el líder debe estar comprometido en la motivación inspiracional tenaz, mediado por la innovación constante, tomando decisiones superadoras, evaluando los costos, los riesgos y los beneficios, con el propósito de lograr la madurez de su equipo y así ser protagonistas de las oportunidades que propongan los escenarios del futuro.

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