HECHOS Y VALORES


 










Hoy escribe... Fernando Grosso, Director Ejecutivo del CEDELI


 

Todas las personas llevan a cabo valoraciones continuamente y a cada paso juzgamos desde nuestra subjetividad los acontecimientos, su devenir y la información disponible para poder decidir y actuar.

 

Los valores motivan y definen las decisiones de cada individuo desde dentro de sí mismo, lo que implica una cierta consistencia, arraigo o permanencia más allá de las meras valoraciones ocasionales. Las valoraciones concretas pueden ser consecuencia de creencias arraigadas o de meras preferencias circunstanciales.

 

Los valores tienen una dimensión subjetiva porque no hay valores sin  la mirada sesgada del observador. Esa dimensión no agota el contenido de los mismos, que hacen referencia a realidades que merecen ser cualificadas en cada ocasión.

 

Los valores se explicitan en las decisiones en la medida en que existen en las personas. Esto vale para todas las decisiones, pero especialmente para las difíciles, porque es entonces cuando se ponen de manifiesto los valores que posee el decisor.

 

Los valores son cambiantes y su jerarquía puede cambiar también; esto sucede cuando se modifica el paradigma ético del sujeto, cuando aparecen problemas o nuevas circunstancias.

 

La diversidad de valores se manifiesta complicada ante la diversidad de hechos. Los hechos son neutros y pueden ser observados y catalogados bajo un mismo parámetro social de la cultura dominante o bajo una teoría científica: relaciones económicas, restricciones tecnológicas, leyes, normas e instituciones sociales, son buenos ejemplos en este sentido.        

 

En las decisiones de rutina o aquellas que involucran meros aspectos institucionales, los hechos son determinantes, pero a medida que incursionamos en situaciones extraordinarias, relacionales, políticas y estratégicas, la carga valorativa de las mismas es determinante.

 

El líder se encuentra en consecuencia permanentemente afectado por un marco valorativo en la mayoría de las decisiones que enfrenta. El desafío es no perder de vista los hechos, ya que si esto se produce claramente se dificultará el diálogo y el encuentro de puntos mínimos de consenso para la edificación de soluciones comunes.


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