La búsqueda de un propósito en una mirada diferente


 






Hoy escribe... Raúl Volker, integrante del Comité Ejecutivo del CEDELI


La naturaleza no tiene intención ni propósito. La intensión y el propósito solo aparece si hay un lenguaje, por lo cual son actos humanos. El propósito, la intencionalidad y la finalidad son actos humanos de nuestro vivir en el lenguaje y en la conversación. Ese vivir en el lenguaje solo solo es posible si ocurre la convivencia.

¿Pero cómo comunicar nuestros propósitos? La comunicación solo existe cuando hemos conversado y hemos generado un mismo ámbito de alternativas y nos hemos armonizado o nos hemos hecho coherentes en los deseos, sin especulaciones en la información compartida.

Y así vamos compartiendo y acumulando cultura como un constructo de la convivencia y se puede cambiar analizando los modelos mentales que la configura y muchas veces limitan nuestro hacer.

Por otro lado, desarrollamos teorías como un constructo lógico en torno a ciertas premisas fundamentales; pero muchas veces nuestro problema son esas premisas fundamentales, y si es que estamos dispuestos a revisar esas premisas y arraigos mentales cuando no nos resultan convincentes o nos resultan limitantes. Por ejemplo, la competencia es importante porque genera progreso, pero ¿Qué es el progreso? ¿Y que es la competencia para lograr ese progreso?

Si compito quiero hacer las cosas mejor que el otro, quiero ser mejor que el otro, pero entonces sigo al otro porque quiero hacer lo que hace el otro. Entonces el otro, es el referente de lo que hago. Entonces no hago lo que yo quiero, sino que estoy tratando de mejorar lo que hace el otro.

Ponerme a reflexionar en esto es importante. El reflexionar humano tiene un carácter fuertemente cultural. A reflexionar se aprende; en nuestra historia evolutiva ese acto de reflexión es un acto cultural, porque se aprende y requiere de vivir en el lenguaje para poder hacerse.

Podemos reflexionar sobre nuestro reflexionar y hacernos las preguntas más provocadoras apalancados en la creatividad de no necesariamente descubrir nuevos mundos, sino ver lo mismo con ojos diferentes.

Todos tenemos una ventana para mirar el mundo, pero no todos vemos lo mismo. La vista depende de la mirada y la formación con la cual realizamos el abordaje de lo que estamos observando: depende de las competencias y capacidades que hemos desarrollado.


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