Declararse un aprendiz
Hoy escribe... Raúl Volker, integrante del Comité Ejecutivo del CEDELI
Un líder debe prepararse, formarse,
aprender cosas y declararse un aprendiz. Esto siempre nos propone nuevas
perspectivas y nuevos enfoques acerca de los eventos que nos permiten hacernos
preguntas claves. Es la búsqueda para encontrar nuevos enfoques para resolver
las cosas que nos cuesta solucionar.
Estamos en un mundo que hoy muchos señalan
en una dinámica volátil, incierta, compleja y ambigua, con consecuencias
globales que nos sumergen en una realidad organizativa que ya no es plenamente
planificable y como consecuencia de ello, se nos presenta con una diversidad de
intereses contrapuestos y de complejidad creciente.
Hoy la Industria 4.0 debe comprender
claramente esa incertidumbre, ese desorden y esa ambigüedad; razón por la cual
debieran hoy más que nunca direccionar sus objetivos y desarrollar estructuras
más flexibles y adaptativas donde los entornos virtuales son solo un aspecto de
ese cambio transformacional.
Este es entonces, el contexto que se
presenta como una oportunidad para que los equipos que deciden desarrollarse en
los entornos virtuales actúen de forma exploratoria y experimental, en
la búsqueda de la madurez y la autonomía, un orden buscado en la autoorganización
en las múltiples interacciones e iteraciones del equipo dentro de una
estructura que sea capaz de dar respuesta a esa realidad global.
Entonces, tomar la decisión de liderar esos equipos
desde los entornos virtuales, debe llevarnos al entendimiento de que tanto esa volatilidad
y esa complejidad con que se nos presentan los eventos, son variables del
contexto y emergentes del entramado de los acontecimientos donde la organización se desempeña; pero en
ese mismo sentido, debemos comprender que tanto esa incertidumbre y las
ambigüedades, nos encuentra y nos condiciona
como observadores subjetivos de esos acontecimientos de la realidad.
Por esto, el imperativo es desarrollar las
competencias necesarias para tener la claridad suficiente en la
comprensión de las múltiples variables con que se manifiesta esa realidad
compleja y disponer de la agilidad adecuada para discriminar las ambigüedades
y gestionar la conciencia emocional, tanto de quien ejerce el liderazgo
como de los integrantes del equipo, para inspirarlos e invitarlos al compromiso
de alcanzar un adecuado balance entre la vida personal y el ambiente laboral.
Hoy además se dice que nuestro mundo es frágil
y quebradizo. Un mundo donde las cosas parecían tener cierta solidez que no
era tal, donde un pequeño virus puso en jaque a todo el globo.
Es un mundo y un mercado atravesado por la
inmediatez y las ansiedades, donde claramente los eventos son no-lineales,
concausas no tan obvias y efectos desproporcionados a las causas que aparentan
ser las responsables. Es un mundo que, a pesar de la información disponible,
nos abruma y se torna incomprensible.
La clave
para afrontar este tipo de entornos es construir soluciones resilientes, ser
adaptativos para enfrentar las fragilidades, ser empáticos para entender esas ansiedades,
tener un pensamiento sistémico y complejo para entender la no-linealidad de los
eventos y una intuición práctica, basada en criterio y fundamentos,
conocimiento y formación, para enfrentar la incomprensión y la incertidumbre.
Ese contexto, requiere del ejercicio de un
liderazgo situacional en el que ese líder debe reconocerse un aprendiz,
donde él mismo está comprendiendo y aprendiendo de ese nuevo contexto.
Pero, además, nos muestra la posibilidad
de llevar adelante un liderazgo compartido donde cada integrante del equipo
posiblemente posee ya sea una información crucial, como una expertiz única o
una experiencia enriquecedora, elementos que sin duda son importantes de
capitalizar por todo el equipo.
Además, no se nos puede escapar que en
estos equipos pueden aparecer angustias, individualismos crecientes, y conflictividades,
por lo cual se hace imprescindible construir un clima de confianza mutua
como un elemento esencial que tienen que desarrollar quienes tengan la
responsabilidad de liderar esos equipos.
Estos nuevos marcos de trabajo en entornos
virtuales requieren reforzar los conceptos comunicacionales, y readaptarlos a
los entornos digitales: la comunicación virtual, las redes sociales, el
teletrabajo, etc.; en definitiva, tienen un impacto real tanto en el entorno
laboral, en el poder y en las estructuras organizacionales.
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