LAS DISFUNCIONALIDADES DE LOS EQUIPOS EN ENTORNOS VIRTUALES


 









Hoy escribe...  Raúl Volker, integrante del Comité Directivo del CEDELI

Que aspectos pueden constituirse como disfuncionalidades al momento de considerar el desempeño de los quipos que deciden trabajar desde la virtualidad? Podemos señalar cinco elementos que sin lugar a duda están presentes como aspectos a solucionar en la conformación de los equipos, pero más singularmente en los que deciden trabajar desde la virtualidad:

·         La ausencia de confianza

·         El temor a las conflictividades

·         La falta de compromiso

·         La evasión de las responsabilidades

·         La falta de atención en los resultados propuestos al equipo

Este diagnóstico no hace más que despertarnos la profunda responsabilidad de buscar las causalidades que subyacen en las manifestaciones disfuncionales, para encontrar entonces un camino, y ensayar las maneras de superarlo.

En esa falta de confianza podemos arraigar el concepto de creernos invulnerables edificándonos una barrera desde la cual los demás no pueden acercarse para construir los intereses compartidos del equipo.

El no afrontar las conflictividades nace y permanece en un clima que se va consolidando con un halo de armonía artificial que solo muestra una fachada sin esencia ni franqueza desde la cual, se evitan los conflictos por temor a enrarecer el clima de trabajo, y así profundizar aún más la desconfianza.

En los posicionamientos ambiguos de quienes integran el equipo de trabajo, encontramos el germen de la falta de compromiso de sus integrantes cuando cada uno de ellos no tiene las cosas claras y las metas son difusas.

La evasión de las responsabilidades esta enraizada en los bajos estándares que se fijan las organizaciones frente a los retos que deben afrontar, y la falta de atención a los resultados propuestos por el equipo, subyacen como contrapartida el ego y la vanidad de los individuos que se centran más en sí mismos que en los beneficios de la organización.

En definitiva, son cinco elementos clave para que los equipos que deciden trabajar en los entornos virtuales logren identificar, diagnosticar y superar: la confianza, el conflicto, el compromiso, las responsabilidades y los resultados.

Estos cinco elementos deben ser trabajados en las organizaciones y por los líderes de los equipos para realizar un adecuado balance entre la accountability (una expresión que integra los conceptos de compromiso, proactividad y responsabilidad) y la seguridad psicológica que generar un entorno laboral adecuado, donde se fomente la confianza en el equipo.

Esa seguridad psicológica se consolida en la convicción de que el equipo es un lugar seguro y desde donde se pueden correr los riesgos de mostrarse tal cual uno es, y de trabajar sin temores a las consecuencias en la imagen, el estatus o la propia carrera del colaborador.

Es un compromiso en fomentar y convivir en el respeto mutuo para que todos se atrevan a hablar y aportar sus ideas e inteligencia, encontrando la esencia del valor de cada integrante del equipo.

Al generar este clima de generalizada seguridad psicológica, se pueden desarrollar la accountability donde cada integrante conoce la importancia de sus responsabilidades para el logro de los resultados de ese equipo. Se crea así, el equipo una cultura de compromiso, proactividad y responsabilidad.

En esa lógica de trabajo en entornos virtuales, esta accountability asume un roll muy importante y fundamental para la funcionalidad y el éxito del e quipo donde cada uno de los integrantes debe enfocarse en los resultados.

Los esfuerzos del líder deben estar dirigidos a que los integrantes del equipo encuentren una zona de aprendizaje; que se constituya en un equipo que aprende siendo un lugar común donde las personas estén dispuestas a colaborar. Una zona donde cada integrante del equipo adquiere su dominio personal, porque no puede haber un aprendizaje del equipo, si cada individuo no desarrolla su potencial. Este es el espíritu de una organización inteligente.

Ese aprendizaje es un lugar común donde cada individuo se predispone a revisar sus modelos mentales, porque las estructuras arraigadas no solo se constituyen en los sesgos para interpretar el mundo y leer la realidad, sino que determina las conductas y el accionar del equipo.

Eso es algo muy poderoso porque esos modelos mentales son simplificaciones e incapacidades para la observación y la apreciación de los eventos, conspirando en contra de los esfuerzos para alimentar un pensamiento sistémico, integrativo y en equipo.

El equipo que encuentra esa zona de aprendizaje es un equipo que aprende construyendo sus espacios de comunicación con diálogos asertivos y empáticos, explorando creativamente asuntos donde entiende la complejidad de sus interacciones.

Una visión común y compartida es vital para un equipo organizativo inteligente, pero el lograr una misma visión, va más allá del interés individual, y tiene que ver con conectarse en la construcción de una tarea trascendente para todos, y que despierte el compromiso individual.


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