Desafía tus pensamientos
Desafía
tus pensamientos
No podemos evitar ni controlar nuestros pensamientos, por más que muchas
veces estos nos produzcan malestar. Incluso si nos empeñamos en no pensar en
algo, probablemente aumentar las probabilidades de pensar en ello.
Pero lo que sí podemos hacer es cuestionarlos, desafiarlos y tomarlos como
hipótesis y no como certezas. Los pensamientos son simplemente pensamientos, no
son hechos.
Son eventos mentales que aparecen temporalmente y después se van.
¿Cómo podemos desafiar nuestros pensamientos? Identificando aquellas
distorsiones que nos producen malestar como una generalización excesiva, una
predicción de futuro, un pensamiento dicotómico, etc. Es decir: registrando
nuestros pensamientos disfuncionales.
Algo que sirve mucho, una vez que registre estas distorsiones que me causan
malestar, debo analizar la validez del pensamiento: ¿es totalmente cierto este
pensamiento? ¿Qué lo valida? ¿Es la prueba suficiente para confirmar mi
hipótesis? Identificar esta validez me ayudará a ver la utilidad de ese
pensamiento que estoy teniendo. Para qué me sirve. ¿Ayuda en algo? ¿Soluciono
alguno de mis problemas pensando de esa manera?
Por último para continuar con el desafío de mis pensamientos es conveniente
analizar la trascendencia de ese pensamiento (¿qué es lo peor que podría pasar?
¿Podría soportarlo?) Y buscar pensamientos alternativos; ¿existe otra manera de
interpretar esta situación? ¿Qué le diría si fuera un amigo el que está
pensando de esa manera? ¿Qué interpretación me ayudaría a cumplir mis
objetivos?
Este registro, este desafío y consciencia sobre nuestros pensamientos, te
permitirá identificar esos pensamientos disfuncionales, a cuestionarte y
quitarles peso para poder encontrar esos pensamientos alternativos que influyan
en nuestras emociones para reducir ese malestar o incluso conductas negativas
en la búsqueda de tus objetivos, empleando unas más adaptativas.
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