Un discurso de Fin de Año


 










Hoy escribe...

Martín Lorences, integrante del Comité Ejecutivo del CEDELI

“Les pido un favor. Cierren los ojos y recuerden la noche del 31 de diciembre de 2019.  Estaban en la cena, se acercaban las 12, y llega el momento del brindis.  ¿Alguno de ustedes cuando chocaba las copas con sus familiares se imaginó este 2020?  Si alguien les hubiera dicho que se iban a pasar 10 meses sin volver a la oficina, un sinfín de días encerrados en sus casas, que para salir habría que ponerse un tapabocas, ¿Le hubieran creído?”

Este es el inicio del discurso de fin de año en el que trabaje con Mario. Él es CEO de una de las empresas más grandes de Latinoamérica en su sector.  Como se acerca  fin de año, le tocaba otra vez dar un discurso ante sus colaboradores.

-          “Esta vez quiero hacer algo distinto. Que de verdad les llegue, fue un año muy difícil para todos.  Quiero que mi mensaje los inspire y motive para el año que viene”.

Mario pedía algo que todo orador debería querer. Influir a quienes lo están escuchando.

Abordamos el discurso fraccionándolo en cuatro unidades. La primera fue la duración. ¿Cuánto tiempo dura la atención de un colaborador? Consensuamos en realizar un speech breve pero sabroso.  Preparamos una presentación de solo 3 minutos.

Definido ese aspecto abordamos la estructura del mismo. Toda presentación, ya sea un video para las redes sociales, una clase ante alumnos o un discurso de fin de año de 3 minutos, debe tener una estructura con tres partes: INICIO, DESARROLLO y CONCLUSION.

Si bien la estructura es siempre igual, la clave esta en saber que hacer en cada una de las etapas.

-          “¿Como arranco mi discurso”?  se sobresalto Mario.

El inicio es el momento clave para captar la atención de quienes te escuchan. También es el momento sustantivo para seducirlos, para convencerlos de que vale la pena escucharte. Podes arrancar con una historia, con un dato o información que llamen la atención o con preguntas retorica que inviten a la reflexión.

Como pudiste leer recién, Mario optó por preguntas, pero combinadas con historias. Le propone a cada asistente que piense y reflexione sobre el festejo del fin de año pasado.  Si no me falla la percepción, con ese inicio los asistentes querrán seguir escuchándolo.

En el desarrollo del discurso, la cosa cambia. Se va la parte optativa, porque en este momento HAY que contar historias, dar alguna información o dato de valor y hay que hacer preguntas abiertas que inviten a la reflexión. Esta es una buena instancia también para reflejar los valores de tu organización. Si algún colaborador reflejo con su accionar esos valores, seria ideal que con su permiso lo nombres, cuentes su historia, que hizo y porque refleja lo mejor de la compañía.  

 

 

“Les propongo un 2021 donde sigamos juntos. Un 2021 donde la acción y el abordaje solidario de esta compañía este mas fuerte que nunca. Un 2021 donde más allá de lo que el mundo con sus pandemias o la Argentina con sus incertidumbres nos tengan preparados, cada uno de nosotros siga desarrollando y exponiendo su talento. De eso se trata. De una mejora continua. ¡Feliz año para todos!

Este es el cierre del discurso de Mario. Él quería motivarlos a seguir empujando. En oratoria a este tipo de cierre lo llamamos “CALL TO ACTION”, llamado a la acción. Tu discurso no puede dejar indemne a tu audiencia. Tiene que movilizarlos a algo posterior, a un movimiento más. En este caso el CEO me había comentado que quería motivarlos a seguir superando adversidades, obstáculos. El cierre de tu speech no puede ser un resumen de lo que ya dijiste, un repaso por los aspectos mas sobresalientes de tu presentación.  El cierre tampoco se anuncia.  Expresiones como: “Para ir terminando” no funcionan porque a partir de ese momento tu audiencia te deja de prestar atención. Las personas pueden perdonar un desarrollo modesto de una charla, pero siempre recordaran un inicio y un cierre de impacto, eléctrico, que los motive e inspire.

Me pregunto… Si estamos aburridos de malos discursos, si nadie presta atención a los discursos de fin de año, si cuando alguien de tu empresa tiene que hacer una presentación y a vos escucharlo te aburre en demasía... ¿Por qué cuando es nuestro turno de hablar en el trabajo o nos proponen hacer el brindis de fin de año, hacemos lo mismo? ¿Por qué no nos preocupa aburrir al resto? ¿Sera que solo queremos “zafar” y evitar un papelón? ¿Con eso te conformas? ¿No te gustaría impactar a los demás, influirlos, motivarlos para que logren desarrollarse en tu empresa?

 

Cada ocasión que tenemos de hablar en público merece por parte del orador un trabajo de suma responsabilidad para generar el mayor impacto posible. La oratoria de impacto no es el terreno de unos pocos, de aquellos que fueron tocados con una varita mágica.  Primero con predisposición, luego con la incorporación de algunas habilidades y finalmente con práctica, todos, absolutamente TODOS podemos hablar bien en público. 

 

Al igual que Mario con su discurso, intente cerrar este articulo motivándote. Ojalá no quedes indiferente ante estas palabras.

 

Por mas y mejores discursos de fin de años.

CHIN CHIN!!!


Comentarios

Entradas populares de este blog

El Liderazgo: una energía en tránsito

El rombo del impacto

El liderazgo TET (tiempo - espacio - talento)