Limitantes del Aprendizaje

 









Hoy escribe...

Camila Mele, integrante del Comité Ejecutivo del CEDELI


Aprendizaje en la vida adulta

Sostener con el paso de los años posibilidad de explorar y aprender, de no perder esa ilusión y felicidad como la que les genera a los niños encontrarse frente al descubrimiento de una nueva aventura. La vida en la sociedad moderna muchas veces nos quiere hacer creer que la madurez viene de la mano de alcanzar un nivel de conocimiento finito y limitado.

No debemos resignarnos a creer que la adultez trae como consecuencia el fin de las oportunidades de adquirir nuevos y hasta impensados conocimientos. Los únicos limites para ser capaces de aprender están en nosotros mismos, aunque parezca una frase trillada, es así. Somos nosotros quienes debemos tomar una postura que propicie el aprendizaje continuo y generativo.

Ahora bien, romper los estereotipos y condicionamientos sociales no es fácil y requiere, en primera instancia, de un esfuerzo por parte nuestra. En otras palabras, lograr sentirnos cómodos en la incomodidad de la sociedad, siendo distintos y desobedientes. La forma en que somos educados desde pequeños establece que si no alcanzamos ciertas metas a determinada edad ya no estaremos en condiciones de hacerlo en el futuro. Lo cierto es que ese tipo de afirmaciones lo único que terminan logrando es condicionar el rendimiento y las capacidades de aprendizaje de las personas.

Por otro lado, ocasionalmente la vida en sociedad nos invade de pensamientos que atentan contra nuestras ganas de aprender. Por ejemplo, cuando en un grupo de personas que están destinadas a cumplir con una tarea en particular se comete un error, en general, lo primero que intentamos hacer es buscar un responsable por dicho error. Cuando estamos frente a un trabajo en equipo y, particularmente, cuando deseamos desempeñar el liderazgo, no necesitamos un culpable a quien acusar. Deberíamos identificar el problema, su causa, y encontrar una solución en conjunto. Este es el camino por el cual no volveremos a cometer ese mismo error, y por sobre todas las cosas, es la forma que nos permite aprender de la experiencia vivida.

Para adquirir conocimientos y enseñarnos las verdades de la vida fragmentamos la existencia, el comportamiento humano, la historia y los hechos. El problema que esto genera es que terminamos engañándonos y creyendo que esos fragmentos son la realidad. Sin embargo, la realidad es un sinfín de interacciones que hemos perdido de vista en el afán de comprender al mundo. Nuevamente nos encontramos frente a un limitante del aprendizaje.

Es importante destacar que la vida y los conocimientos necesarios para superarnos día a día no solo surgen de experiencias. Debemos aceptar que somos capaces y debemos exponernos a nuevas y diversas formas de aprendizaje para mantener nuestra mente en forma y nuestro rendimiento óptimo. Tomemos como una obligación entender al mundo como totalidades que nos permitan abrir las puertas al aprendizaje.

El sentimiento de bienestar luego de un nuevo conocimiento debería ser para cada uno de nosotros uno de los sentimientos mas gratificantes, por que esto no es más que la expresión de que estamos expandiendo continuamente nuestro horizonte, nos hace sentir competentes y capacitados para el logro de nuevos desafíos que ponen a nuestra vida en un perfecto y necesario desequilibrio constante.


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